Opinión

Pasión de ordenadores

Pasión por ordenar, por mandar, decretar, dirigir, entusiasmados de llevar el mando, ya sea único, o en equipo, los hay que parecen nacidos para liderar, para capitanear, y eso, en principio, está bien, estamos necesitados de gente que se ponga al frente, que lleve la iniciativa, pero eso tiene un problema; no siempre los que se ofrecen para llevar el timón de esa nave en la que navegamos todos, tiene los conocimientos, la preparación y el talento que exige ese puesto de mando, y ante ese panorama se abren dos alternativas: O tienes la humildad de reconocer tus limitaciones y dejas el timón a quien tenga más aptitudes, o sigues empeñado en la tradicional (iba añadir, y de las JONS, pero no) clásica y genuina terquedad del país, que nos obligará a cargar con las consecuencias de tanto desatino, hasta que la muerte ponga el punto final a la travesía. 

Lo que más llama la atención de las declaraciones que hacen los responsables que tienen la misión de enfrentarse a esta tragedia, es la falta de humildad y de reconocimiento de los errores que han cometido, decían el otro día que no tenían de que arrepentirse, es decir, que volverían hacer lo mismo, creo que en cualquier actividad, ya no digamos si estamos obligados a tomar decisiones importantes, siempre habrá motivos para arrepentirse, todos, porque siempre hay distintas formas de enfrentarse a un problema como este.

Por cuestiones familiares, estoy en contacto cotidiano con lo que se vive y se ha vivido en Suiza durante esta pandemia y no se parece en nada a lo que nosotros hemos vivido, mejor dicho, padecido, desde que a mediados de marzo nuestras autoridades decretaron el estado de alarma. No es que tengamos la sensación de que estemos en diferente continente, es que parece que estamos en otro planeta. Sus autoridades, han tomado medidas, por supuesto, han cerrado sus fronteras, han regulado las aglomeraciones, espectáculos, etc. pero en ningún momento se les ocurrió enfrentarse a la situación con el absolutismo y la falta de respecto a sus ciudadanos que hemos soportado en nuestro país. Siempre han podido moverse con absoluta libertad y nunca han estado confinados. 

Una de las cosas que podemos hacer ante un problema, es recurrir al derecho comparado; ver lo que hacen en los distintos ordenamientos jurídicos, sobre todo, en los países de nuestro entorno europeo, y podemos comprobar que, incluso en los que han recurrido al confinamiento, han tenido otras formas. Con la cantidad de asesores que tiene esta gente del mando único, no le resultaría muy difícil tenerle sobre la mesa las órdenes con las que países como Suiza y otros han enfrentado esta tragedia sin organizar el caos que estamos padeciendo y padeceremos, y tal vez con mejores resultados, pasados y futuros, porque se recuperarán antes, seguro. . 

El que tenga la oportunidad de acceder, y ahora con los medios que tenemos no creo que sea muy complicado, a los BOE, o sus equivalentes reguladores en países como Suiza, Alemania, Austria, etc., podrá observar que sus normas, sus órdenes, no se parecen en nada a las que nos tienen obligados por aquí. Comprobaríamos que sus instrucciones se basan más en la recomendación que en la obligación, que sus autoridades respetan más a sus ciudadanos y a su democracia, y que su policía se dedica más a ayudar, que a reprimir y poner multas.

En una reciente rueda de prensa de nuestro presidente, Pedro Sánchez, una periodista italiana le preguntaba como es que Italia abría sus fronteras desde el pasado día tres, y nosotros seguíamos con la cuarentena hasta el día uno de julio. Su contestación no pudo ser más explícita y aclaratoria de todo lo que estoy escribiendo, es que van sobrados: Cada país es libre de hacer lo que considere más conveniente. Punto. Esa fue su respuesta a la periodista italiana.

Podía haber añadido también, que cada país está condenado a sufrir las consecuencias de los errores, deficiencias y soberbia de sus dirigentes. Bueno es que ya estamos entrenados.

Te puede interesar