Opinión

La política y la delincuencia

El diccionario de la RAE, en su acepción número 8, define así la política: “Aquella actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos”. Puede servir. Es decir, una actividad, un trabajo, una labor o algo parecido, ejercida por un grupo de personas (al menos de momento no cuentan con los semovientes ni con los robots) con el fin de tomar decisiones para organizar, a su manera, la vida de un conjunto de ciudadanos en una región determinada.

A la delincuencia, en cambio, el mismo diccionario no la define, ellos sabrán por qué, como es: una actividad, un trabajo, una dedicación o algo así, digo yo. La RAE, respecto a la delincuencia dice esto: “1.- Cualidad de delincuente. 2.- Acción de delinquir. 3.- Conjuntos de delitos. 4.- Colectividad de delincuentes”.

La detención de Ana González, candidata de Vox en las próximas elecciones a la alcaldía de Parla, por tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas y otros delitos, o la lista de Bildu en el País Vasco con siete terroristas y sus colaboradores aspirando a ser elegidos por sus vecinos en distintas demarcaciones, como también el caso de la asesina confesa Pilar Baeza, antigua candidata a la alcaldía de Ávila por Podemos, o el caso del “Rey del Cachopo”, que se apuntó a falangista, nos demuestra, una vez más, que la conexión entre delincuencia y la política avanza a pasos agigantados.

Si a esto añadimos esa otra delincuencia que podemos llamar de baja intensidad, porque en esto, como en todo, hay diferentes escalas o graduaciones, no es lo mismo, aunque las dos formas son condenables, un asesinato o un atraco a mano armada que una mordida a una constructora para adjudicarle una obra o una concesión municipal; vemos que cada día que pasa, la política y la delincuencia, en mayor o menor grado, van tomando más relevancia.

Al final vamos a tener que recurrir al antiguo y denostado “certificado de buena conducta” que emitían los párrocos de las iglesias en la larga y oscura época del franquismo para poder ser candidato en unas elecciones, porque, a pesar de todo, aunque sea a trancas y barrancas, las cosas de la vida, la bendita rutina de todos los días: Buenos días, ¿cómo estás? Te veo muy bien esta mañana, saludos a la familia y cosas así, la vaina ésta de nuestra existencia en este complicado mundo, va funcionado, porque la gran mayoría, mejor dicho, la inmensa mayoría, no mata, no roba, no viola, no conduce borracho, no es un kamikaze, no es un okupa; por el contrario, es educado, cumple las normas, no es un delincuente que, por supuesto, también estas minorías tienen sus derechos. 

De la misma forma, hay excepciones y minorías en la naturaleza y, en cierto modo, las protege, pero no organizan partidos políticos para imponerse. Los cucos ocupan los nidos de otras aves, pero son pocos y lo hacen con discreción, no escupen ni tiran botellas desde los nidos, ni menos organizan manifestaciones. También, de vez en cuando, aparece un toro, con lo salidos que andan siempre, que no se arranca ante una vaca encelada, pero, ya digo, es una excepción, una minoría, y no parece que estén muy orgullosos.

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