Opinión

Resignación, “xa foi”

Xa foi” ya fue, ya pasó, listo. Ante los atentados que se acaban de producir en Bruselas, se producen una serie de reacciones, tanto a nivel de los ciudadanos como de las autoridades, que da la sensación de que se tratara de unos acontecimientos inéditos, desconocidos. Todos se quedan asombrados como si fuera la primera vez que se produce un acto terrorista de estas características, y sobre todo, me parecen desproporcionadas las medidas que se toman a continuación como el cierre del metro, aeropuerto, trenes, colegios etc., cuando también sabemos, por experiencia de casos similares, que una vez que se producen las explosiones, tiros o lo que sea, se termina y punto; unos porque se suicidan y otros porque se escapan para esconderse, el caso es que cuando terminan la faena, se acabó. “Xa foi”, ya fue, ya pasó, listo, es lo que nos decían los mayores como consuelo cuando íbamos de niños quejándonos de nuestro último trastazo. Lo mismo pasa con los accidentes, podremos hacer algo antes, para tratar de evitarlos, pero una vez que se producen, ya pasó, se acabó, no hay nada que hacer, cuanto menos pánico e histeria mejor, y resignación, mucha resignación, de la cristiana o estándar. Nos queda el consuelo de llorar por las víctimas. Apenas nada más.

Por desgracia, tendremos que acostumbrarnos a estos acontecimientos de la misma forma que nos acostumbramos a las catástrofes naturales, lo que pasa es que estas cosas, hasta que no nos tocan directamente a nosotros, nos da la falsa sensación de que no existen, de que eso solo pasa en otra parte. Cuando Bélgica era el santuario de los etarras, los belgas nunca se imaginaban que esas explosiones que veían por televisión en sus casas, y que se producían en nuestro país, le pudieran un día estallar a ellos en su pacífica Bruselas. Ya sé que son cosas distintas, ya sé que es otra clase de terrorismo, con otras posibles causas, con otras posibles justificaciones pero, no nos equivoquemos, hay un paralelismo. Todos los que ponen bombas y máximo los que las llevan en sus cinturones dispuestos a inmolarse, tienen sus motivos, tienen sus justificaciones pero en el fondo, hay un denominador común, hay un algo, entre ellos se entienden, se entienden. Unos lo harán por su dios, otros por su patría, por su depresión, por su miseria, o por su su paranoia, pero todos, por así decirlo, pertenecen a ese mismo club en el que se puede matar para conseguir sus propósitos, los que sean.

En el fondo hay un entendimiento. Cuando estos titiriteros de Madrid, sacan un cartel con el “Gora Alka-ETA” no es todo casualidad, tal vez sea el subconsciente pero está claro que los de alkaeda y los de la eta no se sienten tan lejanos. Yo creo que hay algo natural en todo esto. De la misma forma que el que se emborracha o se droga, normalmente busca compañía, y en el fondo está deseando que participes en su fiesta. ¡Bebe coño! Anda éste, con su agua mineral y su naranjada de los cojones.

¡Bebe, leches! ¡Colócate! como si tuvieran necesidad de ficharte para su equipo, no aguantan la soledad.

También en la naturaleza da la sensación de que se agrupan por tendencias, y si decidiesen hacer un club de malos, lo harían convocando al mosquito zika, el virus del ébola, la mosca tse-tsé, el virus del sida, los alacranes, o las víboras áspid. Creo que se harían amigos rápidamente. Lo que estoy seguro que no ficharían por ese club serían las mariposas, las mariquitas y las palomas mensajeras, por ejemplo. Es la naturaleza viva. Dios los cría y ellos se juntan. No sé si me explico.

Un sentido recuerdo para todas las víctimas mortales y los numerosísimos heridos de los últimos atentados de Bruselas obra de estos fanáticos que encima y para mayor escarnio, justifican sus acciones invocando a su dios. Estos no tienen parcela, ni quieren fronteras, ni por desgracia suspiran por independizarse, porque gustosamente les daríamos su cacho.

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