Opinión

"O Taboletas" de Bentraces

Todo depende de como lo vendas. Era pariente lejano, el mote le venía porque hablaba mucho. Yo creo que era un filósofo, pero si destacar en el Bentraces de aquella época de la posguerra donde todo estaba claro y en su sitio, era difícil, ya no digamos de filósofo. Si Nietzsche hubiera nacido en mi pueblo, en el mejor de los casos, sería un Taboletas, digo en el mejor de los casos, porque lo más probable es que lo conocieran como “o Tolo” de Bentraces, simplemente. Éramos así de duros y exigentes en el Bentraces de aquellos tiempos de prohibiciones para unos, privilegios para otros y bendiciones para todos. Suerte para el Nietzsche que nació en Alemania. De buena se libró.
Ahora apenas se habla, ya no hay Taboletas que valga, ya no sabes si es mudo, no sabe tu idioma, o que no quiere atenderte, en base a la libertad de inexpresión en este caso.

El personal está conectado, cuando llegas a cualquier sitio y ves a una persona, y vas pensando cuando te acercas en que te pueda ayudar en cualquier consulta, te encuentras con que, en la gran mayoría de los casos, está enchufado a unos auriculares, a un teléfono, o mirando una pantalla, por lo que la comunicación entre los humanos se hace cada día más difícil y siento verdadera envidia de lo bien que se comunican las otras especies con las que compartimos el planeta Tierra. Los perros, por ejemplo, cuando llegan por primera vez a un pueblo y con un simple movimiento de sus colas, tienen todo la información que necesitan de un semejante, ya no digamos de una semejanta. Además, no hacen preguntas impertinentes, van al grano, o lo que sea, y esto es siempre una ventaja.


Yo era un niño, lo sé porque me medía en las ruedas de los camiones que iban a cargar el vino en la bodega de mi abuelo Eladio, frente a la Iglesia, al lado del Palacio de D. Leopoldo. De año en año me daba cuenta de que iba superando el diámetro de sus ruedas gemelas. Esto suele pasar cuando tienes cinco o seis años. Incluso en la actualidad, las medidas de los niños y de los neumáticos de los camiones no han cambiado demasiado. Si eres un niño y te pones al lado de una rueda de camión y estás a su altura, es que tienes cinco o seis años.
Todo lo otro sí que ha cambiado.

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