Hidra o Gorgona, ETA se halla en proceso de desaparición, un proceso que será largo sin duda y del que se temen los últimos coletazos de animal herido que pueden aún provocar muertes. ETA no se encuentra todavía desmantelada, pero la banda terrorista, que asesina a mansalva desde hace 45 años en pos de una quimera perversa e inalcanzable de independencia del País Vasco, está a la desesperada, dando palos de ciego. Con sus capuchas y máscaras, la asociación de malhechores constituye un flagrante anacronismo en la pacífica Unión Europea y vive impunemente de la extorsión en pleno siglo XXI manteniendo aterrorizada a la población vasca, cientos han tenido que abandonar el país. Va muy bien el lenguaje de la mitología griega para describir con trazo grueso este grupo armado que hasta ahora, como la hidra, tenía mil cabezas y, al igual que la gorgona, sus mechones eran serpientes mortales como las que describe Homero en la Odisea, los dos ejemplos del mundo antiguo que me vinieron de forma espontánea a la mente a propósito de ETA. Desgraciadamente, sus víctimas, 817 seres humanos indefensos, fueron bien reales.
Pues bien, la buena noticia es que ahora la unidad política se ha apuntado un gran tanto en el camino de resolver el sangriento pleito nacionalista. Me refiero a la unidad de los demócratas españoles contra el enemigo común y a la unidad de pareceres entre Francia y España. Vayamos por partes. El presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, en un gesto que le honra, parece haberse desmarcado de una cierta línea rígida y hacer más flexible su actitud. Lo insinuó en Madrid asistiendo a una concentración de políticos de derecha e izquierda reunidos por primera vez con ocasión del brutal atentado en Francia contra dos jóvenes guardias civiles españoles -Raúl Centeno y Fernando Trapero- a manos de tres etarras que les dispararon por la espalda y a quemarropa, dos de ellos un -hombre y una mujer-han sido ya detenidos. El crimen -ETA llevaba tiempo sin asesinar- produjo una gran conmoción mediática.
José Luis Rodríguez Zapatero multiplica ahora las acciones coercitivas para vencer a los etarras: a saber, arresto -aplaudido por el Partido Popular- de activistas de la Kale Borroka y de Ekin, sucesora de la ilegalizada KAS; detención de la cúpula de la banda y de Arnaldo Otegui; mantenimiento en la cárcel de De Juana Chaos; toda una razzia de hostigamiento a los violentos que se van quedando sin jefes conocidos fuera de prisión.
Para España, lo mejor del presidente Nicolas Sarkozy es su determinación en contra de la banda, que propició las recientes detenciones pero que ya viene de lejos. Ahora se ha visto con el presidente español en una cumbre en Lisboa y más tarde el Rey Juan Carlos irá a París. La entente hispano francesa se refuerza. Se ha dicho hasta la saciedad que si ETA abría dos frentes a ambos lados de los Pirineos, estaba perdida. Ojalá.
