Opinión

Jean-Marie, Marine y Marion Le Pen

photo_camera Marion, hija de Marine, tercera de la saga de los Le Pen en el Frente Nacional.

En Francia, en el reaccionario partido "Frente Nacional" (FN), fundado por Jean-Marie Le Pen, heredado en 2011 por su hija Marine, de 46 años, ésta reafirmó su liderazgo días pasados en unas elecciones internas. No sólo comparten ambos, Jean-Marie y Marine, consanguinidad sino las mismas ideas ultranacionalistas y retrógradas. De tal palo, tal astilla. Para el país tradicionalmente de referencia en la defensa de los Derechos Humanos la consolidación de esta tendencia facha en su sociedad es una lamentable involución y para Francia, una vergüenza.

Una anotación sobre el padre, que fundó el Frente Nacional en 1972. El valetudinario político bravucón y pendenciero, antiguo paracaidista de la Legión Extranjera francesa en Indochina, Suez y Argelia en su juventud y de ideario afín a ésta, defensor del restablecimiento de la pena de muerte, de 86 años, genio y figura hasta la sepultura, ducho en frases provocadoras, ha reincidido con otra más: acaba de proclamar a los cuatro vientos, siempre retador y brutal, que la mejor arma contra los yihadistas es la guillotina, la forma más limpia de cortar la cabeza y no el degüello que ellos practican. La declaración viene a sumarse a un rosario de perlas negras que definen su ideología primaria y desafiante. También dijo, por ejemplo; "el ébola puede solucionar el problema de la inmigración en unos meses" y asimismo pregonó que "la igualdad entre razas es simplemente absurda" o, en fin, es conocido su ya famoso "pensamiento" negacionista: "Si coges un libro de mil páginas sobre la Segunda Guerra Mundial, en la que murieron 50 millones de personas, los campos de concentración nazis ocupan dos páginas y las cámaras de gas diez o quince líneas, y eso es lo que llamamos un detalle de la historia", así lo declaró este admirador confeso del dictador español Francisco Franco. Fue condenado a causa de tales lindezas por apología de crímenes contra la Humanidad pero sigue en sus trece difundiendo soflamas a las que prestan oídos los seguidores del FN.

INMIGRANTES FUERA

Pues bien, ideas similares a las suyas, racistas, antij​​udías y antiárabes defensoras a ultranza de una hipotética identidad francesa perdida, ideas simplistas como los eslóganes "Francia para los franceses", inmigrantes fuera, "on est bien chez nous" (estamos bien en casa), y las decisiones salida del euro y de la Unión Europea volverían al galope al Hexágono con su hija, Marine Le Pen, si llegara al poder en las presidenciales de 2017, cosa poco probable pero que está en manos de los electores galos. "Que viene el lobo", dicen los comentaristas sin mucha convicción. Veamos.

En el reciente XV congreso del FN, celebrado en Lyon (centro de Francia), Marine Le Pen, que conduce el partido con mano de hierro bajo guante de seda, ha consagrado su autoridad y ya se prepara para las citadas elecciones presiedenciales de 2017, en las que al día de hoy los sondeos le auguran que pasará a la segunda vuelta como hizo también en 2002 su padre Jean-Marie, derrotado afortunadamente después por el presidente Jacques Chirac, los franceses optaron por el mal menor.

De gran verbosidad y facundia, "elle n'as sa langue dans la poche" como se dice en francés (no tiene la lengua en el bolsillo), siempre sonriente, no cabe en sí de gozo. "Quién podría imaginar hace cuatro años que llegaríamos hasta aquí", lanza exultante, mecida por los sondeos de intención de voto.

Su mayor éxito fue convertir a su partido en la primera fuerza política francesa de la Eurocámara en las elecciones europeas de mayo de 2014, antes que la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP), a la que pugna por volver el ex presidente Nicolas Sarkozy y el Partido Socialista (PS), de François Hollande, hundido en las encuestas de populaidad. "Se equivocaron en todo", sentenció Marine Le Pen, siempre en campaña contra el bipartidismo.

Ahora bien, el "Frente Nacional", que regenta unas decenas de municipios menores desde marzo, sólo cuenta con dos diputados y dos senadores y sólo es fuerte en Fréjus (52.300 habitantes, sureste) y en Henin-Beaumont,cerca de Lille (26.000 habitantes, norte), sus dos bastiones. Le queda mucho por conquistar y carece de fondos para ello porque, a causa de sus relentes fascistas, los bancos franceses no le prestan ni un céntimo de euro.

EXTREMA DERECHA

Para sortear este difícultoso obstáculo, el "Frente Nacional" recurrió a un arma secreta insólita. Se financiará para los comicios a los 2052 cantones franceses el año próximo y para otras citas electorales, obtuvo un crédito de 9 millones de euros concedido por el banco First Czech-Russian Bank cuya sede está en Moscú, que ha acudido al rescate de la formación francesa de extrema derecha. Es un secreto a voces que esta inesperada conexión rusa tiene que tener forzosamente el visto bueno del presidente Vladimir Putin aunque no se diga.

En paralelo y para apuntalar bien sus apoyos, el FN reunió en su congreso en Lyon a representantes de partidos europeos de extrema derecha ideológicamente afines como el Vlaams Belang flamenco, el Partido por la Libertad holandés de Geert Wilders y, sobre todo, al movimiento Rusia Unida, lo que prueba las buenas relaciones del Frente Nacional con el Kremlin. Putin trata de romper el cerco de sanciones impuesto por EEUU y la Unión Europea por la anexión de Crimea y se alía con cualquiera para ello, sea Marine Le Pen sea el sursumcorda.

Broche de oro de mi relato sobre la saga francesa de ultraderecha, la salida a escena de otra Le Pen, la joven y bella Marion Marechal-Le Pen, de 25 años, "visage d'ange" (rostro de ángel), nieta y chichí del presidente fundador, diputada desde 2012 por el departamento de Vaucluse (sureste), aclamada al 80% en el reciente congreso del partido pero que, rechazó la vicepresidencia para no parecer una recomendada. En fin, se la sitúa a la derecha de la extrema derecha del "Frente Nacional". Continúa la saga de los Le Pen, Jean-Marie, Marine, Marión, y parece tener un gran porvenir político dadas las excepcionales circunstancias presentes de la política del país.

"La France est dans des beaux draps", se dice en la lengua de Molière, vamos, que por lo que les he contado, con la actual subversión de valores en el país vecino, Francia pasa por un mal momento, está metida en un buen lío, tal como los diccionarios traducen la expresión.

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