Opinión

El mejor relato del mundo

Quizás la crónica de estas elecciones norteamericanas no llegue a la altura de ’El mejor relato del mundo’ -concebido y escrito por el premio Nobel inglés Rudyard Kipling, que acabo de leer- pero sí digo que están llenas de sorpresas y hechos inesperados como en una narración imprevisible. Por ejemplo, el último: el gobernador demócrata del Estado de Nueva York, el ex fiscal Eliot Spitzer, llamado ’Señor Limpio’ por su honesta vida familiar y pública, ha tenido que dimitir por descubrírsele que era parroquiano asiduo de una red de prostitución que le organizaba habitualmente encuentros sexuales en los grandes hoteles, la última vez este ’Cliente número 9’ había desembolsado 4.300 dólares por una cita a ciegas.


Quizás podrían constituir estos comicios ’El mejor relato del mundo’ también por las ingentes cantidades de dinero gastadas y por la personalidad tan marcada de los tres aspirantes hasta ahora a la presidencia de los Estados Unidos. A sus 71 años, John McCain cuenta con un honorable pasado de combatiente en la guerra de Vietnam (1967-73), no es un republicano al uso, sino un defensor de los derechos de los homosexuales y de los trabajadores inmigrantes; preconiza reducir los fondos de las campañas electorales, en fin, hace rancho aparte en la derecha mundial y si no fuera por la gravosa herencia de George W. Bush, podría tener más posibilidades.


Por su parte, está la senadora Hillary Clinton, ex primera dama que alardea de su experiencia consorte en los asuntos públicos: en caso de que resulte elegida, Estados Unidos innovaría llevando a una mujer a la más alta magistratura en el país más paritario del mundo. Como buena candidata de izquierdas, arremete contra el racismo y el machismo. Es muy popular entre los hispanos desde ya hace tres décadas y tiene en esta comunidad un yacimiento de sufragios que pudiera resultar decisivo. El voto de los cuarenta millones de hispanos cuenta en un país en que todos fueron inmigrantes.


Pero la gran novedad está siendo el peso de los afroamericanos, vamos... de los negros, que pueden inclinar la balanza a uno o a otro lado y que mantienen a los dos ’candidatos a la candidatura’, Hillary Clinton y Barack Obama, grosso modo en tablas por ahora en el cómputo general. No existe mayor originalidad en una campaña norteamericana. Barack Obama acaba de aumentar su número de delegados en el estado de Misisipi -cuya grafía ha perdido sus consonantes dobles, innecesarias en español para pronunciar su nombre-. Se trata por cierto de un estado conservador, pobre y con alto porcentaje de población negra. Obama le saca a Clinton más de 150 delegados en el cómputo general pero la guerra no acabará hasta el mes de agosto cuando uno de los dos reúna los 2.025 delegados necesarios, estado por estado. No se dirá que no se ha votado en las urnas norteamericanas.


Entre las luces y sombras del poder estadounidense, causante de tantas guerras, ¡qué lección de democracia interna si lo comparamos con tantos regímenes autoritarios! Por el momento, Hillary Clinton quisiera deshacer el empate técnico proponiéndole a Obama formar un tándem ya que los dos juntos serían invencibles. Pero, claro, Barack Obama rechaza ir de segundo, no se deja engañar tan fácilmente, sus posibilidades de ser presidente de los Estados Unidos de América no sólo siguen intactas sino que aumentan cada día... Eso si no lo matan, digámoslo crudamente. porque lo malo es que no estamos hablando de un país tranquilo y sereno sino con pulsiones violentas y en el que, con los penosos antecedentes de Kennedy, de Martin Luther King y de otros, nadie puede descartar un magnicidio... ¿Saben por último lo que convierte además a estos comicios en ’El mejor relato del mundo’? Pues que describen la situación política más compleja, interesante y sobre todo decisiva en la actualidad mundial y designarán noviembre a un solo ganador, el mandatario más poderoso de la Tierra.

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