Opinión

PUERTAS AFUERA. Francia intenta salir de la bancarrota

A partir del 2008, todos los franceses tendrán que cotizar a la Seguridad Social un mínimo de 40 años, para alcanzar la jubilación Y Sarkozy venció a los sindicatos. El controvertido presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, que a unos gusta y a otros no, tuvo aguante, libró y ganó una batalla histórica contra las poderosas fuerzas sindicales del transporte público que al fin cedieron no sin antes paralizar el país -metro, tren, aeropuertos- durante nueve días creando el caos, el hartazgo de la población y la incertidumbre por el futuro. Las encuestas señalaban que el 70% de los ciudadanos estaban esta vez en contra de las movilizaciones. El país de las huelgas, acostumbrado a poner el carro antes que los bueyes, es decir, a decretar paros y después negociar y no al revés, no tendrá más remedio que cambiar de método. No habrá régimen especial para los empleados ferroviarios, como pedían los huelguistas. Se penalizarán las jubilaciones anticipadas. A partir del 2008, todos los franceses tendrán que cotizar a la Seguridad Social un mínimo de 40 años para alcanzar su jubilación. Y por último, un estrambote muy francés: el Gobierno de Sarkozy ha decretado por su cuenta y riesgo una pausa unilateral en las abultadas deudas del país y se ha dado una moratoria hasta 2-.


No hay dinero. No me extraña que el presidente tire de la señal de alarma. Nación rica pero mal administrada durante décadas, Francia, la boyante Francia de otrora, importadora de mano de obra -española en particular-, gastaba sin medida y se había quedado sin recursos. Dentro de la Unión Europea, Alemania se jacta de haber realizado drásticas y dolorosas reformas, y reclama, por agravio comparativo, que su ’partenaire’, Francia, haga lo mismo. Sin hablar de la astronómica deuda pública, una cifra abruma a nuestros vecinos del norte, la del déficit de la Seguridad Social, de 12.700 millones de euros, que resalta aún más al contrastarlo por ejemplo, con el superávit español de 12.500 millones de euros en el mismo rublo. Un ’camino de perdición’, una deriva peligrosa a la que las autoridades galas tenían que poner coto. ’Francia está en bancarrota’, proclamó sin ambages el primer ministro François Fillon con el propósito de sacudir las conciencias y justificar las traumáticas reformas que se avecinan.


Durante años los franceses vivieron por encima de sus posibilidades, ’back to reality’, ya era hora de volver a la realidad. Francia es primordial para España, sin el paso por suelo francés a Europa, España quedaría enclavada, como se ha visto en la reciente huelga; los intercambios son intensos, continuos, las relaciones bilaterales, esenciales; la geografía obliga a vivir juntas a ambas naciones. Hay más de mil empresas francesas instaladas aquí, a España le interesa mucho más un vecino próspero que le contagie sus sinergias que tener al lado, pared con pared, una economía en quiebra.

Te puede interesar