Opinión

Acracia

Durante doce minutos en España reinó la anarquía, no hubo ni patria ni rey ni ley. Nadie aprovechó el momento ni para declarar la República de los trabajadores, ni para nacionalizar la banca y las empresas energéticas, ni disolver las Fuerzas Armadas y la Judicatura, o en el caso de que fueran ultraderechistas irredentos podrían haber restaurado la dictadura y acabar con los derechos conseguidos desde la Transición. El pasado día 19 el Boletín Oficial del Estado mantuvo derogada la Constitución Española, y los códigos Penal y Civil, debido a un error informático que dejaba sin efecto estas y otras leyes orgánicas. El fallo se corrigió de inmediato y el país volvió a la normalidad institucional y a ser una monarquía parlamentaria, la patria indisoluble y un Estado social y de derecho que en ningún momento estuvo en peligro porque el fallo que se produjo en la base de datos del BOE “no tiene ningún valor jurídico” porque es “meramente informativa”. Fue un tiempo de acracia pero sin consecuencias perniciosas.

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