Qué alivio! Ya ha pasado el debate más esperado, más que nada porque es el único y ya estamos igual que antes, con los pies fríos y la cabeza caliente porque ha servido para poco o muy poco. Al final van a llevar razón –soy de los que se resisten- aquellos que piensan que la campaña electoral va a ser un peñazo, en el que los contendientes, los líderes concernidos no dicen ni palabra de lo que más importa, que es quien se va a ir a la cama –entiéndase- con quien para alquilar La Moncloa, o si el referéndum de autodeterminación en Cataluña va a ser línea roja que impida acuerdos o es ya una línea imaginaria. Y entre medias de estas dos cuestiones lo de siempre, que si la corrupción, que si el empleo precario, que si los impuestos van en tiovivo…
