Opinión

APUESTAS

En la última semana antes de la cita con las urnas, los ciudadanos, votantes o no, se quedan a ciegas y sólo a los partidos políticos con suficiente monetario les iluminará la luz de las encuestas. La ley electoral las prohíbe para conocimiento público mientras que los partidos siguen con sus tracking privados que les avisan de los cambios de humor en el electorado indeciso. La coincidencia generalizada en que la diferencia que separa al PP del PSOE es insalvable aunque se emitan los telediarios en sesión continua, las hacen menos necesarias en esta ocasión. No se trata de eso: a todo el mundo le gusta saber cómo van las apuestas antes de que su caballo llegue a la meta.

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