El ‘antropólogo inocente’, Nigel Barley, publicó, después de sus notas desde una choza de barro, “Bailando sobre su tumba”, un estudio sobre las tradiciones funerarias en distintas culturas. En la civilización occidental, salvo algún excéntrico que organiza fiestas para el día de su óbito, lo habitual es que se viva como lo que es, una tragedia; en otras, la muerte es motivo de alegría y se celebra con pantagruélicos banquetes. Quizá dentro de unos cientos de años otro antropólogo sorprendido documente como en la China del siglo XXI, se puso de moda, sin que las autoridades lograran pararlo, que las bailarinas de streptease danzaran ante el féretro del difunto, para que realizara contento el tránsito al más allá, y lo comentara con su Caronte.
