Opinión

Carbón

El día había sido de alegría y de ilusión para toda la familia. Regalos para poner fin a las entrañables fiestas. Incluso los Reyes habían logrado que el tiempo meteorológico se sumara a la fiesta con agua donde se necesita y nieve, año de bienes. Luego el día se volvió aciago para todos aquellos que se quedaron atrapados en carreteras y autopistas de peaje por falta de previsión. Y entonces volvieron los Reyes Magos a terminar su trabajo y a llevar carbón a empresas y autoridades competentes por no haber sabido reaccionar a tiempo, por estar todavía desenvolviendo los regalos y comiendo roscón en lugar de ponerse al frente del operativo para sacar del atolladero a los miles de personas que se quedaron atrapadas durante horas y horas sin información y sin ayuda. Quizá a algunos de los responsables del desaguisado en las carreteras los Reyes les hayan traído algo de responsabilidad y dignidad política y, además de las disculpas, presenten la dimisión.    

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