Opinión

Césped

Las ciudades se han llenado de plazas duras, inhóspitas, sin sombra, con bancos para sentarse que provocan dolor de culo y de espalda. No todas están mal pero cuando proliferan es que se trata de una moda impuesta por urbanistas que no desean la comodidad de sus vecinos, para que se puedan parar a charlar o a descansar a la sombra de un árbol. Es la concepción de las plazas como sitio de paso y no como lugar de encuentro. Por eso la intervención efímera del artista urbano SpY en Madrid, sembrando de hierba un amplio círculo de la Plaza Mayor ha tenido tanto éxito, porque la gente tiene ganas de sentarse, hacer picnic o tumbarse –con buen tiempo-,  sin necesidad de dejarse una pasta en las terrazas más turísticas del Foro. Hay propuestas para que sea permanente. Si hubiera referéndum seguro que ganaba el sí.  

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