El chivato, el soplón, no ha tenido nunca buena fama, ni en el colegio ni en las empresas, ni en ningún ámbito de la vida, y más cuando la delación va acompañada de mala fe o envidia. Pero las circunstancias han cambiado y ser chivato cuando lo que se denuncia es el abuso escolar o el acoso laboral es loable. A partir del 1 de diciembre las empresas de más de 50 empleados tendrán que poner en marcha el “canal chivato” para que con privacidad se puedan denunciar irregularidades en todos los ámbitos. Hay empresarios que lo ven como un nuevo gasto o la necesidad de contratar trabajadores o servicios para atender las denuncias. Otros, por el contrario, consideran que puede prevenir problemas mayores si se están vulnerando las normas legales y quien tiene que velar por su cumplimiento no se entera. Tendrán que separar el grano de la paja para ver si lo que se denuncia es real o producto de la inquina contra alguien, que de todo habrá.
