Opinión

La colleja y la paliza

Todavía colean los ecos, si puede hablarse de sonido porque fue sorda, de las dos collejas que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, propinó a su hijo menor, Juan, por un comentario considerado incorrecto porque la boca se le iba calentando con la ingenuidad de sus diez años. Han corrido ríos de tuits sobre ambas cosas, sobre la respuesta del chaval y sobre la reconvención paterna. Puede que haya quien quiera abrir un debate sobre la educación de Rajoy a su hijo -“for president”, piden algunos-. Pero si alguien quiere hacerlo es mejor que se trascienda de la anécdota para ir a lo fundamental. Porque la Educación con Mariano Rajoy no ha recibido una colleja, sino una paliza en toda regla que la ha dejado ayuna de PIB.

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