Era uno de los últimos bastiones que les quedaba. Se había empecinado en mantener el desafío en llegar hasta el último minuto. Pero, en efecto, el último minuto llega y hay que decidir entre incumplir la ley y hacerse acreedor de una sanción que puede acabar con la vida profesional o acomodarse a la ley. Y el último mohicano, el irreductible, ha seguido el mismo camino que el resto de dirigentes independentistas que le precedieron y que acabaron asumiendo que hay que cumplir las normas. Así, Pep Guardiola, el entrenador del Manchester City dejará de lucir el lazo amarillo mientras se encuentre en el campo dirigiendo a su equipo. Otro que se ha rendido… a la evidencia. Un lazo amarillo que representa a los políticos presos y que para el presidente de la Federación inglesa de fútbol (FA), Martin Glenn, es un símbolo político que produce división “Y puedo decir que hay muchos más españoles, no catalanes, que estarán molestos”. Amén.
