En ajedrez la mejor jugada para defender al rey es el enroque, permite a los peones centrales avanzar mientras se le protege con los peones del flanco. Otra de las mejores maniobras es la conocida como defensa india de rey, una defensa se cierra da jugada con piezas negras que permite a las blancas ocupar el centro del tablero para atacarlas a distancia. En las circunstancias políticas actuales, cuando los ácratas de ultraderecha se han puesto en orden de combate para vituperar a Felipe VI, el enroque está desaconsejado y por el contrario sería muy de desear que desde el ámbito de la derecha monárquica y también desde la izquierda constitucionalista se lanzara un contraataque con las piezas mayores para defender su posición, atacada por cumplir la Constitución a la hora de designar a Pedro Sánchez candidato a la presidencia del Gobierno, y por ejercer sus funciones de mediación y arbitraje. A la caterva que ataca al monarca les gustaría que al menos se hiciese “un Balduino” y abdicara temporalmente para no tener que firmar una ley de amnistía. Pero el rey sabe que puede y no puede hacer. Y lo que no debe hacer.
