Opinión

Dopamina

Mediaset quiere que sus canales, en este caso Cuatro, emitan programas para mayores con reparos, de los de dos rombos, o de los que se acabarán emitiendo en una sala X, si es que siguen existiendo en algún lugar. Su último reality, “La isla de las tentaciones” es pornografía suave, hasta que de un momento a otro protagonicen el salto al porno duro.  En algún momento, al principio de los tiempos, vendieron el “Gran Hermano” como un experimento sociológico, luego devino en el morbo del “edredoning” y en el intercambio de parejas en directo como si de un club liberal se tratara. Allá cada cual con su imagen y su dignidad. Lo de ahora es un paso más para la liberación de dopamina de quien siga las peripecias de las parejas que se han prestado al juego, dispuestas a ser tentadas para dedicarse a lo que deseen, pornografía moral al menos. Quien se quede pegado al televisor ya sabe lo que va a ver de forma explícita. 

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