Opinión

El palentino

La pasada semana murió Casto el propietario de El Palentino, un bar en la calle del Pez, en el barrio de Malasaña.  No conocí a un personaje, aunque alguna vez me deje caer por ese bar, en el que se han deshecho en elogios todos los obituarios. Pero sí conozco el garito porque no hay miembro de la farándula al que se pregunte que no diga que va a allí a desayunar, tomar vermú o cañas y en la noche las copas. Jamás vi a nadie en aquellas ocasiones y sentí una cierta decepción pese a mi bajo nivel  mitómano. Lo mismo me pasó con un jardín recoleto, el del Príncipe de Anglona, donde no hay actor que diga que allí estudia su próxima función o el guión de su futura película. El recinto es un oasis en el centro de Madrid con cuatro bancos de piedra en el que creí que todos los actores estarían amontonados de manera incómoda o estudiando peripatéticamente entre los parterres. Quizá no fui en el momento adecuado.    

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