La pregunta es cómo a estas alturas de la vida todavía se descubren niños que han estado secuestrados por sus padres en condiciones infames sin que nadie se haya dado cuenta o cómo es posible que personas inocentes pasen años en prisión por errores judiciales o policiales. En Italia acaba de ser puesto en libertad un pastor que fue encarcelado hace treinta y tres años acusado de un triple crimen que no cometió, porque el único testigo fue manipulado por la Policía y señaló a quien le dijeron. Treinta y tres años le ha costado al testigo manipulado decir la verdad, para que el acusado pueda recuperar una vida que se ha pasado entre rajas. En el país trasalpino, una página web dedicada a documentar los errores judiciales afirma que cada día tres inocentes van a prisión, y en los últimos 32 años, 30.778 personas han sido víctimas de errores judiciales o de detención injusta. Eso no hay dinero que lo pague.
