El sufijo 'esa' se utiliza para formar el femenino de algunos nombres, cargos o de hembras de animales. El ejemplo de parvulario es de conde, condesa; pero al correr del tiempo la terminación se aplica a nuevas ocupaciones y cargos realizadas y ocupados por mujeres. Como la 'choferesa' negra que llevó a CJC de vuelta a la Alcarria para rememorar su viaje; o la 'lideresa' madrileña Esperanza Aguirre, dispuesta siempre para sustituir al por días silente Rajoy; o más recientemente la aturbantada Mozah catarí, que tanta impresión ha causado porque une glamour oriental a la pasta gansa de su esposo, y que nos ayuda a aumentar el vocabulario: de jeque, jequesa. Adiós, infancia.
