Estados Unidos es una tierra de excéntricos. Sus extravagancias suelen ser vistas con una mezcla de simpatía y curiosidad y normalmente suelen ser inofensivos y no suelen poner en riesgo la vida de nadie salvo, en ocasiones la suya propia. El estadounidense Mike Hughes era un aficionado a construir cohetes caseros y de hecho con uno de ellos se elevó hasta casi seiscientos metros. Es como si un constructor de maquetas de barcos quisiera atravesar un mar con ella. Hughes que ha fallecido al estrellarse el cohete pretendía subir a más de 1.500 metros de altura para demostrar que la tierra es plana, una altura muy discreta cuando existen montañas mucho más altas y dentro de poco edificios de esa altura. Por tanto su muerte no hay que atribuirla a su osadía, dado que lo de construir cohetes caseros parece que en EE UU es una afición común y corriente entre un determinado tipo de excéntricos , sino a su ignorancia, porque el terraplanismo es uno de los signos de estulticia más evidentes.
