Lo importante es que la gente se sienta feliz. A su manera, como Frank Sinatra. O como Garbiñe Muguruza, la tenista hispano-venezolana a la que le importa “una mierda” lo que piense la gente de su carrera, porque “ganar grandes cosas no te quita presión”, y se siente feliz con su carrera. Y como le importa un pito lo que se piense de ella no se ofenderá por escuchar que es una tenista muy irregular, poco fiable, ciclotímica deportivamente hablando. Vamos que es una de esas deportistas que no acaban de explotar, que son capaces de lo mejor y de lo peor en un breve espacio de tiempo. Lástima. Hace tiempo que en nuestro país no hay una tenista que dé alegrías con una cierta continuidad. Como todo en la vida las opiniones son susceptibles de sufrir cambios. Quizá la tenista alguna vez se dé cuenta de lo importante de tener una afición incondicional detrás y quienes dudan de su capacidad rendirse ante sus triunfos. En su mano queda.
