Las casas de apuestas británicas vivirán nuevos días de esplendor de cara a la celebración del referéndum sobre su permanencia en la Unión Europea el próximo 23 de junio. Si el resultado fuera abrumador incluso podrían quemar las papeletas ese mismo día en una hoguera de San Juan para conjurar los malos augurios. Una parte de los británicos se han hecho de repente seguidores de Groucho Marx y se deben preguntar si merece la pena pertenecer a un club que admite socios como ellos, y que desde hace unos años ha dejado de ser un mercado común para convertirse en otra cosa algo menos mercantilista con avances renqueantes. A veces dan ganas de dar la razón a los euroescépticos con la condición de que abandonen el pub sin causar más destrozos.
