Opinión

La yenka de la bandera

España, desde la Constitución de 1978 es un país aconfesional, lo que supone que “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Esta definición permite que cada partido tome de este precepto constitucional la parte que le parece mejor. Que gobiernan los socialistas –o deciden determinados ministros socialistas- pues la bandera no se iza a media asta los días de Semana Santa. Que los populares vuelven al poder, pues el ministro de turno decide que la bandera ondee a media asta por la muerte de Jesucristo hasta su Resurrección. Y así andamos con la yenka de la bandera. Los socialistas sin embargo no acaban de dar el paso definitivo porque permiten la participación de los militares en procesiones de rancio abolengo que son “acervo cultural”. Según el último CIS en España hay un 21% de católicos y otro 48% de católicos no practicantes. 

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