Opinión

Sin leyes

Estar sin leyes no es lo mismo que estar sin ley. Ahí están los gobiernos catalán y nacional, en situación ciertamente distinta, que llevan más de cien días sin aprobar una sola ley. El gobierno central porque no puede proponerlas, y el catalán porque parece incapaz de sacar adelante cualquier iniciativa que no se encuentre directamente relacionada con el proceso de independencia. Esta situación no es un drama: los ordenamientos legales son tan extensos y tan complejos que si se busca bien en sus entresijos se encuentra la medida necesaria que permita ordenar un sector o perseguir una conducta impropia. Es decir, se podría seguir todavía un tiempo largo sin necesidad de aprobar nuevas leyes y nuestro mundo no se hundiría bajo nuestros pies.

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