Opinión

Mala educación

Los debates sobre el estado de la Nación son broncos, ásperos, a cara de perro. Los intervinientes deben tener los nervios templados para aguantar las arremetidas de los oradores y el ruido procedente de la bancada contraria. Lo que no puede pasar es que se pierda la educación y eso ha ocurrido en varias ocasiones. Ha sido una sorpresa ver al presidente del Gobierno irritado, tanto como para lanzar ataques ad hominen hacia Pedro Sánchez, perdiendo la compostura al definir sus intervenciones como patéticas, ninguneándole y negando su derecho a presentar alternativas. ¿Y qué decir de la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, jugando a los caramelitos mientras hablaba Mariano Rajoy? Otra falta de consideración hacia todos los españoles.

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