Los líderes de la derecha y la ultraderecha francesa están bajo la lupa porque presuntamente han mangado –segunda acepción RAE- dinero público. El debate sobre quienes son más honestos, si los dirigentes de la derecha o los de la izquierda –hablando de Francia y cualquier extrapolación es mera coincidencia, of course- está abierto y de dudoso balance al final, pero en este caso el resultado es de 2-0. A los candidatos François Fillon por los conservadores y Marine Le Pen por la ultraderecha les han pillado.
Los franceses tendrán oportunidad ahora de demostrar si se comportan como los españoles y perdonan las corruptelas, o las castigan en las urnas. Podrán o no resolver los problemas de la France, pero los suyos si han sabido apañarlos.
