Opinión

Pinganillos

El uso de las lenguas cooficiales en el Congreso de los Diputaos ha abierto varios debates. El primero, por supuesto, político, con todas sus derivadas sobre si es una imposición de los independentistas para que Sánchez vuelva a ser presidente del Gobierno, o si es algo natural en un país plural y diverso. La segunda es respecto al coste de la traducción simultánea y el uso de los pinganillos y las pantallas con subtítulos. Si no hubiera sido por las urgencias políticas, estos dos elementos podrían haber sido desterrados y el Congreso entrar en el siglo XXI en materia de traducción con la aplicación de las herramientas de la Inteligencia Artificial. Ahí está Rask.ai que traduce simultáneamente a un hablante y lo hace son su propia voz y, en este caso, se evita la distorsión entre lo que se dice y el movimiento de los labios, de tal forma que se podría escuchar a Rufián, Aizpurua o Rego sin la voz superpuesta de los traductores, ay por ellos. Y además es gratis.

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