Opinión

Pionero

Bajo el título de economía colaborativa que si no se está avisado parece que se trata del trabajo de una oenegé se están cometiendo muchos desmanes, y hay quien se lo está llevando muerto, o calentito, o con cualquiera de las expresiones utilizadas para designar la forma en que unos se forran a cuenta de otros, sin convenio ni regulación. Que la justicia haya reconocido que un repartidor bicicletero de Deliveroo era un falso autónomo y que tenía que ser considerado un trabajador por cuenta ajena, es de plena justicia y el reconocimiento de una obviedad. La sentencia obliga a la empresa a readmitir al repartidor o a abonarle una indemnización de 703 euros, lo que da idea del salario que percibía por su trabajo. Los pioneros pagan en sus carnes la osadía de su valor con el que abren camino a los demás. Si el resto de trabajadores de Deliveroo logran mejorar sus condiciones de trabajo ya saben a quién se lo tiene que agradecer.  

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