Opinión

Puente aéreo

Fue una novedad con terminal específica en el aeropuerto de Barajas, cuando no estaba ni pensado que acabara llevando el nombre del primer presidente del Gobierno de la la democracia, Adolfo Suárez. Los aviones del Puente Aéreo iban y venían sin descanso entre Barajas y el Prat porque Madrid y Barcelona son las capitales económicas del país y están condenadas a entenderse. Que se hayan reunido en Madrid los alcaldes de la capital, el popular José Luis Martínez-Almeida, y de Barcelona, el socialista,Jaume Collboni, que han recuperado una relación rota desde hace tiempo es una buena noticia. No es que hayan llegado a una gran coalición pero sí a un punto de entendimiento sobre los problemas comunes de ambas ciudades y cómo favorecer la vida de sus ciudadanos. En una vida política tan crispada como la nacional, este gesto significa muy poquito, casi nada, pero algo es algo, y como ha dicho el regidor madrileño están implicados en un “diálogo competitivo”. Competir está bien, pero mucho mejor dialogar. 

Te puede interesar