De Felipe VI se ha destacado su gran preparación, su formación universitaria, máster en relaciones internacionales, los años de suplencia a su padre en actos internacionales y su deseo por renovar una institución que no pasa por sus mejores momentos. En fin, que llega al trono en plena sazón intelectual y física. Su generación ocupa ya cargos directivos en las principales empresas y triunfa en diferentes ámbitos de la investigación y la cultura. Una generación que todavía creía que ellos y sus hijos vivirían mejor que sus padres, pero que ahora son parados de larga duración aunque también son, como el rey, MASP. Maduros aunque sobradamente preparados. Pero sin suerte.
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