Un grupo de psicólogos y psiquiatras estadounidenses acaban de dar la voz de alarma porque no pueden permanecer en silencio más tiempo ante la inestabilidad emocional que ha demostrado Donald Trump desde el primer discurso de toma de posesión y las decisiones posteriores, que muestran su nula capacidad para empatizar con la gente y para soportar opiniones diferentes a las suyas, lo que a juicio de los expertos en salud mental le hacen “incapaz de servir con seguridad como presidente”.
Es decir, que se temen lo peor, y como sus rasgos patológicos son tan evidentes sus enemigos tradicionales, como Corea del Norte y Rusia, han empezado a tensar la cuerda con lanzamientos de misiles para ver cómo responde ante la provocación. Los psiquiatras prevén reacciones de rabia. La esperanza es que en ese momento no tenga cerca el botón nuclear.
