Hay partidos políticos que todos sus miembros caben en un taxi, o en una furgoneta pequeña, sobre todo en los momentos iniciales de su puesta en marcha, mientras van recogiendo militantes que van engrosando sus filas. Nexo es una asociación política creada por dos altos cargos de Ciudadanos pertenecientes a la corriente crítica con Inés Arrimadas, el exportavoz parlamentario de Ciudadanos, Edmundo Bal y el único procurador en las Cortes castellano-leonesa que queda de aquella formación que quería sobrepasar al PP y se ha disuelto como un azucarillo. Si Nexo llega a fraguar como partido político, que lo sería si se repiten las elecciones generales, tendría un carácter progresista y reformista que trataría de arañar los votos de los más derechistas del PSOE y de los más izquierdosos del PP. La nueva versión de Ciudadanos sería otro dolor de cabeza para el partido de Feijóo, con el que se disputaría el espacio político, al menos hasta que demostrara de verdad que es un partido bisagra.
