Opinión

Tracatrá

La ciudad de Madrid convertida en la ciudad de Valencia con una mascletá de 300 kilogramos de pólvora para unos 20.000 madrileños que asistieron al espectáculos, frente a otros pocos cientos que se manifestaron contra la traca. No por la importación de una fiesta ajena a la tradición madrileña y relacionada con un guiño entre los alcaldes populares de ambas ciudades, sino por el lugar elegido para los petardos en un lugar renaturalizado, al lado del Manzanares, ese aprendiz de río que comienza a tener vida silvestre. Es imposible que los que tienen el poder y los que se encuentran en la oposición se pongan de acuerdo en algo, por cabezonería, la del gobierno municipal incapaz de atender los consejos para haberla realizado en otro lugar, y la oposición. Los vecinos de la zona han escuchado el tracatrá de los cohetes y no el canto de los pajarillos. Al día siguiente de la mascletá es posible que todo sigua igual, que las aves vuelvan y la traca política siga por el coste de la fiesta.

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