A pesar de las experiencias desastrosas, y de los negacionistas del cambio climático que no dejan de proliferar, aunque aparezcan cada vez con más frecuencia danas, tifones y sequías extemporáneas, no hay que perder la esperanza en que los humanos serán capaces de revertir un proceso de degradación que amenaza por llevarnos a todos por delante. Un estudio de la Universidad de Cambridge acaba de demostrar que se puede convertir CO2 captado de las fábricas y el plástico en energía limpia y productos químicos utilizando energía solar. El descubrimiento abre un nuevo campo científico que puede ser determinante para acabar con la energía procedente del carbón y de los combustibles fósiles. Una vez más la pregunta es cuando se pasará de las musas al teatro y el proceso científico se convertirá en un proceso industrial que, en efecto, permita tener una energía limpia y más barata. Sin duda es un paso más en la búsqueda del nuevo grial que sumar a otros como la energía nuclear de fusión y hay que pensar que algún día algunos humanos verán estos ejercicios científicos convertidos en realidad y sentirán sus efectos benéficos.
