Opinión

Los que se van

Cuando un político se va las razones para hacerlo realmente solo las conoce él, porque las causas personales, así, en general, que se esgrimen, dejan sombras de duda. Se puede sospechar que, en periodo electoral, lo dejan cinco minutos antes de que la dirección les diga que no van en las listas, porque no pertenecen al grupo de los mandamases, o por sus últimas polémicas. O se pueden creer sus argumentos relacionados con el cansancio después de muchos años en la cosa pública, o porque ya han colmado todas sus aspiraciones políticas después de haber pasado por todos los cargos posibles. O porque quieren dedicarse a ganar dinero en la vida privada sin tener el foco puesto encima, ni necesidad de hacer declaración de bienes.

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