Opinión

Viva el vino

Aunque todos lo critican cuando lo hacen los adversarios, no hay ni un solo político que no haya dicho cosas contradictorias o una cosa en un sitio y otra en otro distinto, no se sabe si llevados por el entusiasmo que les transmite el auditorio, o por torpeza. Solo por torpeza pueden entenderse la palabras de Rajoy en un barco de la Armada quejándose por el cambio de nombre de la calle dedicada a un exministro franquista, almirante, en la que vivió en Marín por el de Rosalía de Castro, incluso antes de que entrara en vigor la Ley de Memoria Histórica.La misma que su gobierno desprecia por la vía de no dotarla de fondos para su aplicación. A buen seguro que muchos de sus oyentes no conocían quién era Salvador Moreno, Lo que se sabe es que, sentimentalmente, Rajoy prefiere al almirante franquista en el callejero que a la poetisa. Y ¡viva el vino! Como gritó en Ciudad Real 

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