Bastante tienen los científicos, médicos y veterinarios con las enfermedades víricas de los animales que pueden acabar afectando a los humanos para que además tengan que andar lidiando con bulos, mentiras y conspiraciones. Ahí está el virus de las vacas locas, la gripe aviar, que ya ha registrado casos de transmisión a humanos, que en el Reino Unido se haya declarado el primer caso de gripe porcina en una persona, que los veterinarios anden en alerta por el “covid de las vacas” que se extiende rápidamente por Europa, o por el virus del ciervo zombi, enfermedades que pueden transmitirse de las especies silvestres a las domesticadas, y quién sabe si en un tiempo próximo convertirse en una zoonosis. La cosa no es para broma y por eso está bien que el Tribunal Supremo haya condenado al responsable de redes de la formación de ultraderecha España 2000 por atribuir al colectivo LGTBI la viruela del mono, que además es un delito de odio. Después de lo vivido, con las pandemias no se juega.
