Cuando hace algún tiempo comencé a escribir estos artículos con referencias del Ourense de ayer, no creí que pasaría de unos cuantos pasajes más o menos acertados o interesantes. He llegado a relacionar varias decenas, y aquí os dejo otros cuantos.
EAJ 57 - Radio Orense (1950). Aquella generación de nuestra ciudad empezaba a escuchar la radio (también ourensana) con la voz de Pedro Arcas, que decía más o menos: Palestra
ha llegado Palestra
la revista radiofónica de los deportes
Palestra... Además, a la calle de las Tiendas, 10 empezábamos muchos a ir a solicitar la emisión de un disco para la novia, un familiar o un amigo.
La Pitorra. Una locomotora pequeñita de vapor utilizada para hacer maniobras de enganche en la vieja estación. Tenía siempre admiradores grandes y pequeños. Una joya desaparecida cuando se inauguró la Estación Orense-Empalme.
El bar flotante de Oira (1960). Pocas personas recuerdan que una de las primeras instalaciones de la Playa de Oira antes de las piscinas fue un bar ubicado en el cauce del río, y cuyo asiento se hizo sobre bidones flotantes. Se accedía a él por una pasarela desde la orilla.
Barreiros, Franqueira... Cito solo estos dos, al tiempo que en sus nombres homenajeo a muchos hombres y mujeres que forjaron la industria en Ourense, y con ello gran parte de la historia local. Merecen ser sin duda referentes de ayer.
Los guateques (1955). La idea de los restringidos bailongos en lugares privados-domicilios etc. con tocadiscos, claro, parece que era caribeña. Como muy atrevido se permitía beber sangría. Desde lugares estratégicos vigilaban los progenitores el desarrollo del baile. Por si acaso.
Estación Orense-Empalme (1952). Imposible el olvido; supuso el mayor signo de modernidad. El discurso de Franco empezaba así: Orensanos, gallegos, españoles todos
sean mis primeras palabras de agradecimiento por vuestra presencia, cuando inauguramos esta Estación
. El público interrumpía: ¡Franco
Franco!
El estraperlo. Muy socorrido en la época. Se realizaba con casi todo lo consumible. Acabó por ser no permitido pero tolerado; de él se beneficiaban todos; los estraperlistas y los guardias de vigilancia para que no se hiciera. No quedaba otra.
Cuco de Velle. La más entrañable y popular orquesta, que nos deleitaba cada matinal de domingo, con O paraugas do Xosé, mientras degustábamos una ración de polvo a feira y unas cuncas de tinto, allí en su acogedor furuncho de Velle.
Que estos recuerdos, os hayan hecho sonreír.