Opinión

Felicidad para combatir el suicidio

Terapias, libros, artículos o consejos de un profesional, familiar o amigo significan una gran ayuda para canalizar las emociones. Entender lo que nos sucede y que esos mismos pensamientos negativos invaden a todas las personas, en algún momento de su vida, puede hacer que no nos instalemos en la angustia permanente y que la negatividad no se apodere de nuestro día a día. Esta es la teoría y normalmente las personas que sufren depresión la conocen bien, pero no todas son capaces de generar un marco de entusiasmo que les permita mejorar su salud mental. Además, los tratamientos o pautas recomendadas en estas situaciones no afectan de igual forma a todas ellas.

Hace pocos días, el máximo responsable de la subdelegación ourensana del Instituto de Medicina Legal, un gran profesional por cierto, constababa un hecho que los policías venimos apreciando, a pie de calle, en los últimos meses y que no es otro que el preocupante incremento de los casos de suicidio en lo que va de año, cuya reducción en 2020 había que contextualizar por la situación que se vivió con motivo del confinamiento.

Las videoconferencias, el teletrabajo, las consultas médicas online propician múltiples ventajas pero también imposibilitan la detección precoz de la depresión y no ayudan a mejorar el ánimo de los pacientes que encuentran en el médico de medicina general su mejor psicólogo y un gran consejero, el cual desde la experiencia y la cercanía saben qué tratamiento es el oportuno en cada momento. Eso hoy, con consultas telefónicas de un máximo de 3 minutos, resulta imposible.

El suicidio es un grave problema de salud pública, con una huella personal y familiar persistente en las personas allegadas de quien lo comete y un impacto social y económico reseñable en las comunidades afectadas. Es un asunto que debería preocupar mucho más a las autoridades. Es 100% prevenible si se realizan intervenciones oportunas y con abordaje multifactorial, multisectorial e integral.

Este es un problema que afecta especialmente a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que deben enfrentarse a situaciones traumáticas y altamente estresantes, manteniendo la entereza para resolverlas con éxito, y que disponen de un elemento de trabajo facilitador, como es el arma de fuego. En todo lo relacionado con el bienestar psicológico de los agentes y los casos de suicidio ocurridos trabaja a nivel nacional ViveCNP, una asociación nacida en Ourense, en el año 2015, cuyos psicólogos han informado que durante el mes de julio perdieron la vida tres policías nacionales por decisión propia y aunque es a final de año cuando se deben evaluar los parámetros de la salud mental laboral, la realidad impone acelerar los procesos.

Ser felices es algo que ansía cualquier ser humano. La felicidad no está directamente relacionada con el dinero, la salud, el trabajo, el amor o la posición social. Cuando alguien no disfruta de la vida, no es por decisión propia. El origen suele ser un cúmulo de circunstancias y todos somos parte de la solución. Mantener una vida lo suficientemente activa, relacionarse con amigos y círculos que irradien optimismo, alejándose de aquellos entornos conflictivos, hacer deporte, leer o tener diversas ocupaciones, además de una dieta saludable y un descanso óptimo son algunos de los hábitos que recomiendan para mejorar el bienestar psicológico de las personas.

Para mejorar esta situación hace falta inversión estratégica en salud mental. Se necesita concienciar a todos los estamentos de la sociedad, desde los centros educativos hasta los profesionales de la salud. Cada uno de nosotros debemos aportar nuestro granito de arena porque siempre hay salida y un ciudadano, un trabajador feliz, vive y trabaja más y mejor.

Te puede interesar