Opinión

Retos para la protección de datos

Los pasados 5, 6 y 7 de julio, he tenido la oportunidad de acudir al curso organizado por la Universidad Menéndez Pelayo junto con la Agencia Española de Protección de Datos, en Santander, sobre los Retos para la protección de datos en el momento actual. En el mismo, han intervenido ponentes de primer nivel y referentes en el sector, así como miembros de la propia AEPD, incluida su directora, Mar España.

De las más de 15 ponencias, de diferentes ámbitos, divisiones y departamentos de la AEPD, nos centraremos en los sorprendentes datos facilitados sobre los menores, que nos permitan hacer una idea de hacia dónde avanza la protección de datos, la preocupación de la ciudadanía y los avances tecnológicos que supondrán un reto para la ponderación de su aprovechamiento con las garantías necesarias. 

El requisito de la información previa, clara, específica, para un fin de tratamiento determinado, no se cumple, escenificándose en la falta de verificación de la edad del menor para navegar libremente por internet.

Debemos de tener en cuenta que, de media, actualmente, se adquiere el primer móvil a los 9 años, pero ya se viene teniendo acceso al mismo y usando desde los 6 años

Para ello, en primer lugar, debemos de tener en cuenta que, de media, actualmente, se adquiere el primer móvil a los 9 años, pero ya se viene teniendo acceso al mismo y usando desde los 6 años. A pesar de que, la Asociación Española de Pediatría, AEP, considera fundamental limitar el tiempo delante de pantallas: De 0 a 2 años, no se recomienda pasar tiempo delante de una pantalla y de 2 a 4 años, la exposición delante de una pantalla no debe ser superior a 1 hora al día.

El primer contacto con la pornografía se produce a los 9/11 años, de forma accidental, es decir, en la búsqueda o navegación el menor no trataba de acceder a este contenido, si no que, a través de los algoritmos de los motores de búsqueda sin filtros adecuados, es este contenido pornográfico el que busca al menor. Produciéndose una sexualización precoz con sesgo de género. A consecuencia de lo anterior, en los últimos años los delitos sexuales en menores se han triplicado. En la edad universitaria, la mayoría de estos jóvenes considera que la pornografía refleja fielmente las relaciones de pareja. Por todo ello, se requieren de medidas que permitan la correcta verificación de la edad para navegar y acceder a cierto contenido, así como la implementación y utilización de medidas y herramientas de control parental, fomentando las mismas. Además, las Instituciones educativas deben de implantar medidas y herramientas de control de adicción tecnológica en coordinación con los organismos sanitarios.

En cuanto al uso del móvil, en la adolescencia, el 50% de los mismos está más de 6 horas diarias usando el móvil. Y, su coeficiente intelectual comparado con los de su edad años atrás, ha disminuido en 7 puntos, así como se percibe una pérdida significativa de la lectoescritura.

También debemos de observar la evolución de las redes sociales, con la incorporación de modificaciones tendentes a un uso continuo, como por ejemplo, el scrum o navegación infinita, que enlace contenido tras contenido, siendo el mismo más dinámico, interactivo, más colorido, sonoro, etc.. Respondiendo todas estas modificaciones a un estudio del sistema dopaminérgico, alimentando los estímulos necesarios para generar la adicción.

Esto ha conllevado a problemas de salud mental, como la falta de autoestima al relacionarla con en nº de likes, seguidores, etc.. y en una personalidad de los adolescentes, cada vez más egocéntrica e impaciente.

Este uso masivo de las redes sociales también ha ocasionado que se acuda a las mismas como fuente de información, evidentemente, sin contraste de ningún tipo. En este aspecto, se ha hecho un estudio respecto a las fake news o noticias falsas, que ha concluido que, 6 de cada 10 cree distinguir las noticias reales de las falsas, sin embargo, el 86% las confundió.

Por todo ello, se hace necesaria la regulación de una ética algorítimica, que no permita el sesgo, la opacidad de su funcionamiento y la exclusión y/o discriminación.

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