Opinión

Conseguida la investidura, toca gobernar

Nos podrá haber gustado o no. Lo cierto es que a partir de ahora mismo toca que el investido gobierne para el conjunto de todos los españoles. ¿Y existe pacto de legislatura? ¡Ni idea! Puede ser un “día a día” o “a cucharadas”. Lo que me resisto a creer es lo de levantar un muro para aislar a la derecha, en palabras sanchistas. Sabemos de los compromisos que contrajo para llegar hasta aquí, con el PNV y los independentista catalanes, amén del reparto de sillones con Sumar. Como ni idea teníamos que desde marzo, sin elecciones convocadas, ya hubiese conversaciones con el prófugo del maletero. Hombre prevenido vale por no sé cuántos… Y en estrategia, resistencia y mentiras, nadie o pocos le ganan a Pérez-Castejón. Pero la complejidad para transformar la necesidad en virtud, para el conjunto de los españoles, se me antoja real. Basta con ver los socios de investidura como ERC y Junts, que son más que rivales en su feudo y más de lo mismo PNV y Bildu; además, todos con elecciones a la vista, la cosa se encona aún más. Todas estas fuerzas, más las demás a la izquierda del PSOE, que debieran constituir la argamasa de gobierno… lo van a poner tremendo. Como ya alguien vaticinó, la relación con los independentistas será determinante.

A las pocas horas de conocer el nuevo gobierno, toda la prensa -local y nacional- es coincidente en dos cuestiones: un Ejecutivo de alto perfil político y rodeado de leales a Pérez-Castejón. Pero a mí me ocupa, sobre todo después de haber leído y oído a la oposición en el Parlamento gallego las bonanzas conseguidas para Galicia por su apoyo a la investidura, qué hay de lo mío. ¡Pues bien! Un Ejecutivo con igual número de ministerios (22) a la legislatura anterior, vicepresidencias (4), no encuentro la cuota gallega que suponíamos tras ese presunto apoyo rifado entre nacionalistas y socialista gallegos. Por lo decisivos que decían ser las dos formaciones, todo daba a entender que tendríamos lo que absolutamente falta. Galicia pierde peso político y el PSdeG queda sin representación. Y ahora toca justificarse que la apuesta continúa en pie y lo que es de valorar serán los hechos y no los sillones. ¡Lo de siempre!, largo me lo fías. Espero equivocarme por el bien general, y que siendo un Gobierno eminentemente político no nos discrimine en beneficio de otros. ¡Difícil!

No le arriendo la ganancia en la legislatura a Pérez-Castejón. Entiendo que una cosa son los socios de la investidura y otra es ser socios del Gobierno al que se contribuyó a investir. Lo dejó claro Rufián: “Si Sánchez hoy es presidente, lo es únicamente por la oposición a la alternativa…” Estoy deseando contemplar como Junts, que hasta el momento decía “no” a todo, ahora se metamorfosea para votar lo contrario de lo habitual. También puede ser -con Pérez-Castejón todo es posible- que acabemos legislatura con una “república vasca” y otra “república catalana” y “reconocimiento nacional” de las dos. Ya, sin querer, involuntariamente, la portavoz socialista lo dejó claro al transmitir que espera una “legislatura compleja”, pues “no podemos esperar nada del Partido Popular, ni nosotros como Gobierno ni tampoco los ciudadanos”. ¡Claro!, lo pernicioso para el PP sería apoyar las propuestas independentistas del Gobierno. Para ello no habría un Gobierno manifiestamente político. Toca ya gobernar con sus socios de investidura, después de la traición y felonía consumadas. Hacer posible lo necesario es gobernar, pero para todos, y sin muros.

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