Opinión

Al día después de la Constitución

Es al día siguiente, y sucesivos, cuando se sustancian los discursos, corrillos, anécdotas de los eventos considerados importantes, trascendentes. Ocurre con la celebración de la Constitución, cada 6 de diciembre. En una de las páginas de La Región dedicadas a Galicia, el día después de la Constitución, leo las declaraciones de los tres líderes gallegos de las tres formaciones a capitanear la Xunta tras las próximas elecciones autonómicas: 1) Alfonso Rueda “reivindica en Madrid la igualdad territorial”. 2) El BNG “se declara heredero del galleguismo universal”. 3) Gómez Besteiro “apuesta por una reforma del Estatuto”.

Por lo demás poco leí, en la prensa que cayó en mis manos, sobre si algún político nacional se refiriera a la Constitución de 1978 como el mejor paradigma de un proyecto colectivo de convivencia para todos los españoles en torno a la idea básica de España. Si no con estas mismas palabras, los del espectro considerados de centro-derecha sí lo hicieron. Otros dijeron que habría que introducir algunas reformas en la Constitución, que tenía muchos años y era preciso adecuarla, etc. Y yo digo que estamos delante de una Constitución tan eficiente que garantizó y continúa propiciando la convivencia de todos los españoles. A no ser, como se ha visto recientemente, que se retuerza el texto constitucional para llevar el ascua a su sardina por intereses propios y no los de la generalidad. 

Sin embargo, se detiene mi interés en los tres políticos gallegos por estar próximas las elecciones gallegas, y todo lo que manifiesten a partir de ahora juega en clave electoral, y es una buena ocasión, la efeméride constitucional, para poner en solfa sus declaraciones, frases, o el “canutazo” de turno. Y la sensatez viene de parte de lo manifestado por el actual presidente de la Xunta, con su reivindicación, fiel reflejo y concordante a lo que determina la Constitución –igualdad territorial- y hoy está secuestrada por intereses políticos personales de los llamados progresistas. Rueda, al tiempo que está defendiendo a su territorio, hace ver, diciéndolo claro y alto, que la vigente Constitución transmite la solidaridad territorial, en una España indisoluble. Quien no cree ni repara en estos principios se va por otros derroteros; uno, hablando de reforma del Estatuto, que ocasión y tiempo tuvieron en la legislatura del 2005-2009 en que gobernaron. Y la señora Pontón fue de celebración del “galleguismo universal”, obviando lo que era el motivo de celebración. 

Y en Ourense también lo celebramos, pero somos más sensibles y preocupados por lo más cercano, lo que nos ocupa diariamente, con nuestros semejantes. En el acto del 45 aniversario, sin dejar de lado un ápice el texto Constitucional, y donde los niños siempre son los actores principales, también con acierto se reconocen a personas y colectivos por su trabajo y dedicación social y a la comunidad. Así se distinguió a un hombre por un rescate en el Miño, reconocimiento a la BRIF de Laza, la integración de Juan Soñador y a Cáritas. Y es que a pesar de que el presidente del Gobierno nos lleva recordando que la economía “va como una moto”, resulta que el día después –también es mala suerte- sale en La Región que “España tiene la peor nota en pobreza infantil de la UE, según Unicef”. Y uno, que de macroeconomía sabe lo justo, no comprende como “economía de moto” más cifras récord de recaudación de Hacienda en los últimos años, con menos paro que nunca –según la ministra del ramo-, se traduzcan en cifras extremas de pobreza infantil. Ya ven a Cáritas haciendo un sobreesfuerzo, atendiendo a 30.000 personas anualmente y 600 comidas diarias en su comedor. La Constitución también asegura la igualdad entre todos los españoles, independientemente de su origen, territorio… Quizás lleve tiempo el “bloque progresista” pendiente de su propia argamasa, en vez de liderar las resoluciones de las necesidades de los españoles más vulnerables.

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