Opinión

Mentiras hechas realidades

Leo en el “Bloc del cartero” cómo un ciudadano manifiesta haber claudicado, ya hace unos años, de su derecho a ejercer el voto; y, tras su comportamiento, está siendo atacado por amigos y familiares reprobando su actitud, pero él se explica: “Para mí es inadmisible si no llegan a unos mínimos quienes se presentan. Pues los representantes del pueblo intentan normalizar situaciones anómalas como la falta de palabra, la violencia normal o la ausencia de honradez… ¿Cómo puede ser que ya nadie se responsabilice de su personal de confianza? Yo estoy deseoso de volver a votar, pero no me lo ponen fácil”. Días pasados, Núñez Feijóo lanzaba la proclama “Tenemos la peor clase política en 45 años, y no estoy haciendo salvedades”. No creo equivocarme si afirmo que el ciudadano y el líder de la oposición parecen ser de la misma opinión, aunque distinta la manera de comportarse ante las urnas.

Tras el gol imparable que los republicanos catalanes de ERC le metieron por toda la escuadra a Pedro Sánchez, al convocar súbitamente elecciones como castigo general al no encontrar colaboración para aprobar los presupuestos de la Generalitat. la “hoja de ruta”, ya de por sí borrascosa, que tenía trazada Sánchez, encalló. Y tomó una decisión en caliente –como la tomada al perder la municipales y autonómicas en mayo, al convocar elecciones generales- cual fue la de dejar a los españoles sin presupuestos. Ordenó parar la confección de los Presupuestos Generales del Estado para 2024. Cualquiera no diría que no tenemos dependencia de los catalanes, los mismos que no creen y aborrecen a España. 

Convocadas las elecciones ya comenzó el carrusel de exigencias por parte de los independentistas y, como suele suceder y sucede, las correspondientes negativas iniciales por parte de Sánchez y acólitos se metamorfosean en realidades. Desde el mismo momento de la convocatoria de las elecciones catalanas para el 12 de mayo, tengo para mí y les doy traslado: 1) No comulgo con los independentistas catalanes por ególatras; pero creo en lo que dicen al referirse en sus insaciables aspiraciones a costa de todos los españoles. 2) Yo no creo al presidente del Gobierno y séquito de compañía y, además, dados los antecedentes me parece un mentiroso compulsivo, pues hoy me dicen una cosa y mañana la otra sobre el mismo tema y contexto, y se justifica en un cambio de opinión. Y lo hacen así por el único interés de mantenerse en Moncloa al precio que sea, aun a costa de la división entre los españoles y “reforma encubierta” de la Constitución. Por eso el título del artículo: las mentiras de Sánchez son realidades a continuación... eso sí, para beneficio propio. ¿Quién va a votar con este mentiroso por interesado comportamiento político?

Las realidades obtenidas por los independentistas catalanes de Sánchez son tan evidentes como inicialmente y un poco antes fueron negadas. Hechas las concesiones –paradójicas y cobardes concesiones- como traspaso de cercanías, indultos a la carta, reforma del delito de prevaricación, amnistía… y, una vez ésta, la reivindicación del referéndum –ya parece firmado-, que ha sido negado, tal negación supone el signo evidente de que lo va a haber. Está muy bien expresado por Aragonès al decir: “Lo que hoy es un no, mañana será un sí”. ¡Blanco y en botella! Los antecedentes de Sánchez negando tajantemente lo que después resulta una evidencia diametralmente contraria a lo que negaba. El ciudadano del “Bloc del cartero” y yo mismo estamos hastiados; pero yo continuaré votando, la única manera de cambiar el panorama presente. Sí, ahora la verdad es opinable.

Te puede interesar