Opinión

Orhan PamuK

Por mi querencia sempiterna por llevar en los bolsillos de las chaquetas –modernamente las camisas carecen de bolsillo- papeliños con notas y garabatos sobre asuntos y vivencias que voy encontrando sobre la marcha, llama mi atención leer en una entrevista cómo el Nobel de literatura Orhan PamuK recoge en su día a día, en pequeñas agendas, pensamientos y dibujos que después los publica en un libro. Y puntualiza que esas libretas en las que toma notas son sus “compañeras” desde hace años y representan, explica: “Una especie de crónica de lo que estoy viviendo”. Dando lugar al gran titular de la entrevista: “Estoy avergonzado de la situación de la humanidad”, dice este Nobel de literatura desde su Estambul.

También llama mi atención el concepto de humanidad al que se refiere Pamuk. Busco bibliografía y es cuando me cercioro de que si ya no resulta fácil ni sencillo definir la humanidad, ya que en esta palabra inciden y se entienden acepciones diversas, se avergüence de sus semejantes. Como hay (tengo) que escoger la que entiendo se aproxima a lo que el Nobel pueda concebir por humanidad, me quedo con: “El conjunto de todos los humanos que existimos y nuestra existencia común en tanto especie (Homo sapiens)”. Sin entrar en más filosofías digo lo que “nos distingue de otras especies animales…”. Pero sí que los humanos somos las únicas criaturas que conocemos que reflexionan sobre su propia existencia. Y es cuando pienso y, consecuentemente, trato de evaluar la situación de la humanidad en el mundo. Lo primero que me viene a la cabeza es lo que nos transmitió Hobbes, al decir “homo homini lupus”, o sea, el hombre es un lobo para el hombre. Me reafirmo que la situación que se da hoy en el planeta Tierra es para avergonzarse, ya que estamos contemplando cómo entre humanos tratamos de destruirnos los unos a los otros sin contemplaciones. ¡A ver quién queda en pie!

Avergonzado, por pernicioso y deleznable, que un grupo como Hamás, no sabemos si ignorando las repercusiones que tendría la réplica de su ataque a Israel, cometa tamaña y atroz matanza indiscriminada. Avergonzado, igual de pernicioso y deleznable, por la contestación de Israel contra un grupo terrorista, pero que quien lo sufre es la población palestina. Avergonzado, como inentendible, que una potencia como Rusia invada un país soberano, Ucrania, y la reacción del resto del mundo sea la contemplación y el reproche desde despachos y parlamentos, colocándose de perfil y transmitiendo división de opiniones, cual en plaza de toros se encontraran. Avergonzado, porque sin afirmar que cualquier tiempo pasado fue mejor, la frase de Hobbes se refería, y está en pleno vigor, a la crueldad humana, dando a entender que nuestros peores enemigos son nuestros semejantes. ¡Avergonzado…! Porque el presidente del Gobierno de España hable públicamente de levantar muros entre españoles y negocie la legislatura con verificadores internacionales fuera de España.

Yo también voy, desde hace muchos años, recogiendo notas y garabatos por los caminos, rutas, cuando leo… ya que la realidad supera a la ficción y hay mucho que apuntar, muy vergonzoso. Al Nobel también le sucede.

Te puede interesar