Opinión

12 de octubre: celebración y despedida

Si la Virgen del Pilar es la expresión del acercamiento diario de la Guardia Civil a la sociedad, también nos sirve de vehículo de entendimiento y comprensión de todo el universo hispanohablante. La consideración de la Hispanidad como celebración de los lazos que nos unen con Hispanoamérica, de amistad y parentesco, que compartimos a través de tantas familias, es coincidente con la demostración de cariño que la sociedad manifiesta permanentemente al Benemérito Cuerpo. Pero en esta ocasión, el 12 de octubre -día de la Guardia Civil, el Pilar, Hispanidad-, se despide del acuartelamiento de Santa Mariña de Ourense el que lleva sus riendas desde hace más de seis años, el coronel Benedicto González. Nos deja la máxima autoridad, pero uno más de la Comandancia, que se imbuyó desde el primer día de capacidad de adaptación hacia nosotros; un valor más de un servidor público ejemplar.


¿Cuántas efemérides se aglutinan en un solo día, el 12 de octubre? Pero es desde los acuertelamientos donde el rearme moral en los valores profesionales coge impulso, en la responsabilidad y motivación, que se traducen en capacidad de identificar problemas, prevenirlos y atajarlos. Y son en esos mismos acuartelamientos donde la Guardia Civil cele bra su día grande, obviando celebridades fuera de su ubicación cotidiana, como en los últimos tiempos hacen otros cuerpos. Ello le refuerza su sentido de cercanía con la sociedad, humildad y principios. Conocer y reconocer los valores de la Guardia Civil es acercarse a ella, allí donde se toman las decisiones, sufren sus penurias y conviven a diario.


La labor callada y de vocación de permanencia a lo largo de la historia, con capacidad de adaptación a las nuevas realidades sociales y políticas, huyendo de respuestas parciales o de conveniencia, no es justificación para que nos muestren año tras año los cuarteles, para muchos sus hogares, en la gran fiesta.


Si de siempre la Guardia Civil ha constituido uno de los patrimonios más queridos y estrechamente vinculados al pueblo español, en este 12 de octubre el reconocimiento se hace extensivo al teniente coronel, al despedirse del acuartelamiento y de los ourensanos después de una labor fructífera, disciplinada y ejemplar estilo de mando. Se va, tras su ascenso a coronel, dejándonos la impronta de servir desde la modernidad que van marcando los tiempos. Desde su primer día entre nosotros se afanó en ser uno más, ha conseguido que nos hayamos sentido más seguros, a través de un Cuerpo cercano y siempre en alerta hacia nuestros problemas. Los objetivos cumplidos han tenido el reconocimiento debido: el ascenso y un nuevo destino en otra provincia; sé que muy a pesar suya por dejar Ourense.


Los valores implícitos a la Guardia Civil, y que siempre los recordamos cada 12 de octubre, son los que posibilitan la querencia del Cuerpo. Los mismos valores y comportamientos que se contrastaron para que el hasta hace poco teniente coronel Benedicto González coja nuevo rumbo en su carrera, pero con el sabor de esa servidumbre profesional que derrochó en Ourense: moderno estilo de mando, capacidad de convencimiento e inquietud profesional. Nuestros problemas los hacía suyos. Siempre armado de vigor, firmeza y constancia..., que ideales también tuyos son. Tal como reza el himno.


(*) Diputado del PPdeG en el Parlamento de Galicia

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