Cada comienzo del Campeonato nacional de liga de fútbol “La Liga” el argumentario se repite, con distintas expresiones si hay novedades. Se evalúa la pretemporada de los equipos y cómo respondieron los nuevos fichajes o incorporaciones, con qué objetivos parten los equipos y el dinero gastado o invertido –se verá en el transcurso de la temporada si fue una cosa o la otra- en confeccionar la plantilla. En España, salvo sorpresas, parten como favoritos los de siempre, aunque no pocas veces salta la sorpresa y algún equipo acaba colándose más arriba de lo esperado; también ocurre lo contrario. Y esta es la salsa del fútbol, esperando equipo revelación y el espectáculo futbolístico a lo largo de la temporada, polémicas… arbitrales, ya no se van a ver penaltitos según las últimas reglas, etc.
Pero en esta edición 2022-2023, bien que se puede bautizar como “La Liga” de las palancas; constituye la novedad, que para sanear determinado Club –el gran Barça- y disponga del fair play necesario para inscribir a todos los jugadores, a casi todos los que ya tenía en plantilla y las muchas, nuevas y buenas incorporaciones, se recurra a esta herramienta financiera o ingeniería financiera. Sí, total novedad, que un equipo a priori siempre favorito salga a por todas con el sustento de las palancas, o pan para hoy y quién sabe si hambre para mañana. Le oí comentar a Neme, que en su pueblo había un señorito que para seguir siéndolo vendía hasta a su padre. ¡Es “La Liga” de las palancas! Para el presidente del “más que un Club”, Laporta, con eso “hemos vendido unos activos pero con un riesgo controlado”, ya que un 25% en dos operaciones palancas: 1) Derechos de Televisión para los próximos 25 años a un fondo de inversión por 667 millones y 2) Venta de de una parte de su división audiovisual por 100 millones. Cumpliendo requisitos de inscripción de “La Liga”. Ya va por la cuarta palanca.
Pero no obviemos, “fútbol es fútbol” (V. Boskov), que aunque los títulos se consiguen con buenos jugadores que puedan conformar un gran y homogéneo bloque, también es verdad que el balón tiene la última palabra. Basta acordase del mejor presidente que tuvo un Club de fútbol –me refiero a Don Santiago Bernabéu-, que acostumbraba a afirmar: “Lo mejor del fútbol es el balón y para eso es un hijo de puta”. Por muy buen equipo que tengas, si el balón no entra y, sobre todo, si no entra en determinado momento y circunstancias del partido y del campeonato, ya puede haber estrellas futbolísticas sobre el césped, fruto de palancas o sin ellas, que todo se puede ir al traste. ¡Y vender se vende sólo una vez!, aunque sea a 25 años, que equivalen a otras tantas “Ligas”. ¿Repararon en el futuro inmediato, los actuales dirigentes del Barça, que está hipotecando el alimento económico del Club?
Y esta Liga 2022-2023, ya en un plano más venial o secundario, también nos trae otra novedad en un club histórico, de los de cabeza de “La Liga”, pero que en los últimos años anda dando tumbos y más preocupado por fichar entrenadores que jugadores. Es el Valencia que, para esta temporada, como en los viejos tiempos trae un italiano, Gattuso que, lo que se dice currículo como míster, poquito, poquito. Aunque este ex internacional italiano, centrocampista rompedor, a sabiendas que incorporaciones de nivel nada, saca de la chistera una teoría: “Sólo quiero para el Valencia a jugadores que hayan fracasado, de un perfil casi perdedor”. Por supuesto que para estas incorporaciones no hay necesidad de las palancas de Laporta; pero sí de palancas como herramientas de transmisión de fuerzas que se aplica a un objetivo para incrementar su velocidad o distancia recorrida. Esta palanca no hipoteca al Club y hasta puede salir bien. Con las otras ya veremos qué pasa, pues la necesidad crea tensión y ansiedad…
