Opinión

Un "pégate un barrigazo"

Lo que dio de sí!, un “pégate un barrigazo”. Recuerdo esta expresión, que rápidamente pronunciábamos siendo chavales, cuando jugando al fútbol no nos poníamos de acuerdo si el balón llegara a entrar o no entre las dos piedras que, a manera de palos, marcaban la portería. O nos mandábamos a la “mierda” o decíamos “pégate un barrigazo chaval”; y sanseacabó. Continuábamos el juego. Lo cierto es que por un vete a la “mierda” nadie obedecía ni obedece el mandato; o por “pégate un barrigazo” ninguno se atrevía a ir a pegar la barriga contra un obstáculo. Expresiones feas y “hechas”, pero nimias, con las que se oyen y se dan en el transcurso de un partido de fútbol profesional. Y no por ello se cierra el terreno de juego.

Hace unos días, aún con espíritu navideño, a raíz de un tuit donde había conversación discrepante entre varias personas –entre las que me encontraba, no es raro-, en un momento dado, lejos de cualquier entendimiento, tuve la desafortunada ocurrencia, fruto de expresiones juveniles, de contestar con un “pégate un barrigazo”, que es una manera de decir vete a tomar viento, déjame en paz o lo que puedan intuir –sin haberlo dicho- los que me estén leyendo. Y ahí quedó el tema, como quien no quiere la cosa. Aunque de siempre comprendo la soflama de Huxley que tanto me recuerda Neme, de que “los hechos no dejan de existir porque se les ignore”.

¡Así es!, no quedó la cosa ahí. Al cabo de unas horas, voy de nuevo a Twitter, y al abrirlo aparece en pantalla: “Tu cuenta, @roslufe, se bloqueó por incumplir las Reglas de Twitter, que prohíben promover o fomentar el suicidio o las autolesiones. Si recibimos una denuncia de que una persona está amenazando con suicidarse o autolesionarse podemos tomar una serie de medidas para ayudarla; por ejemplo, podemos comunicarnos con la persona y ofrecerle algunos recursos, tales como la información de contacto de nuestros socios en temas de salud mental… Recuerda que hay personas que se preocupan por ti y que no estás solo”. ¡Dios mío!, qué pecado he cometido como para no sólo bloquearme sino también que sepa de los servicios sobre salud mental a disposición. Se me acusa de fomentar el suicidio, pero se me ofrece protección ante él. Conociendo como se gastan las expresiones en Twitter, mucho tendrá que fomentar y proteger esta red.

¡Pues nada!, que dicho lo dicho y sucedido lo que ocurrió, tocó enmienda y empezar de nuevo; todo por lanzar una expresión que en mi ámbito popular de joven era común –no quiero decir afortunada- y que si buscamos su significado viene a ser “dícese de la persona que está seguro de algo y luego resulta que no es o sale como tenía previsto”. ¡Ah!, horas después de este incidente sale en toda la prensa escrita que en la lista de morosos 2021, además de otros personajes e instituciones, está Twitter. Son dos las preguntas para la reflexión: 1) ¿Es tan grande la dedicación de Twitter al fomento de la prevención de las autolesiones y del suicidio de sus clientes –medida loable y respetable-, que no le alcanza para estar al corriente de sus obligaciones con Hacienda?, que es lo primero. 2) ¿O es qué Twitter sigue aquel antiguo dicho “consejos vendo pero para mí no tengo”?, cuando Hacienda somos todos. Si yo fuese Twitter, ¡que no lo soy!, reconocería el error contable, callar y pagar. A continuación todas las medidas preventivas que quiera poner a disposición de la salud de sus clientes, aun a sabiendas de que no parece ser una cartera de servicios que le incumba; aunque a caballo regalado no le veas el diente. Eso sí: que sepa distinguir la paja del grano; en el sentido de entender lo que es mandar al carajo a alguien a, lo que ya sería grave, que se autolesione una persona por recibir una expresión “hecha”. Es por ello que me puse a relatar estos hechos porque, como Vives, también creo que es inútil toda polémica si no hay esperanza de que resulte provechosa. ¡Salud!

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